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A veces es casi imposible ver el horizonte en el salar de Uyuni en el suroeste de Bolivia. La línea que divide el cielo de la tierra es apenas discernible y es difícil saber qué es real y qué es un reflejo. Con 12.000 kilómetros cuadrados, es el desierto de sal más grande del mundo y, en ciertos momentos del año, el suelo parece un espejo gigante.

Ubicado en el altiplano boliviano, en la región de Potosí - a una altitud de 3.650 metros sobre el nivel del mar - se formó producto de los lagos prehistóricos que se evaporaron tiempo atrás, creando una corteza de sal que se extiende hacia el horizonte, cubierta de patrones de sal poligonales que se elevan desde el suelo. Además contiene minerales muy importantes, como boro, magnesio y cloruro de sodio, pero sobre todo litio, con el que se fabrican baterías para computadoras, celulares, televisores y varios dispositivos tecnológicos imprescindibles en la actualidad.

¿Cómo llegar al Salar de Uyuni?

La forma más fácil de llegar desde Bolivia es en avión. Hay varias líneas aéreas que ofrecen vuelos regulares desde La Paz y Sucre a Uyuni. Otra de las formas es en autobús desde La Paz o Sucre y luego tomar un autobús a Uyuni, sin embargo, este demora mucho más tiempo (unas 12 horas). Una vez en el Salar de Uyuni, lo más habitual es desplazarse en autobús turístico o coche privado.

¿A qué se debe el Efecto Espejo?

En algunas zonas y épocas del año, los lagos cercanos se desbordan y una fina capa de agua transforma ésta llanura en un hermoso reflejo del cielo, lo cual provoca un efecto espejo asombroso y deslumbrante, que ocurre como un fenómeno natural ya que la sal se vuelve impermeable y el agua se acumula en la superficie, creando dicho efecto, para ello la mejor época de visita es entre marzo y abril.

Experiencias en el salar:

La vista de Thunupa (“fuego rojo”, en lengua uruchupai) es impactante. Éste es su nombre verdadero, aunque se hizo famoso por adoptar el de la localidad más próxima, a la que se puede llegar por aire o por tierra (en tren o colectivo). Dentro del salar se encuentran los Ojos de Sal, que se producen por fenómenos naturales causados por dos montañas con corrientes de agua dulce, que al pasar por el salar generan un choque de PH. Los visitantes los usan para hidroterapia, para mejorar las articulaciones, por la carga mineral del agua.

Para los “foodies”, hay una experiencia inolvidable: el Apthapi. Es una de las tradiciones más antiguas del altiplano, que consiste en brindar a la comunidad lo que cada persona produce con sus manos. Es una comida comunitaria, y en ciertas fechas cada uno lleva lo que ha cosechado, para agradecer a la comunidad y a la Pachamama.

Una novedad en desarrollo es el parque a cielo abierto de Esculturas de Sal, realizadas por las cooperativas originarias y que pueden visitarse a través de algunos tours para visibilizar sus trabajos.

También es posible vivir la experiencia de alojarse en un hotel construido en sal: es algo que resulta tan atractivo que viajeros de todo el mundo, especialmente de Asia, llegan hasta Uyuni para disfrutar del salar y dormir en habitaciones con cúpulas de sal, terapias de sal y gastronomía tradicional boliviana.

“Más que el primer hotel de sal del mundo somos Palacio de Sal”, se presenta este emprendimiento hotelero que se encuentra a orillas del Salar de Uyuni desde 2004.

Un consejo para quienes estén planeado conocer Uyuni: el sol es fuerte en el Altiplano Boliviano, por eso hay que llevar crema solar, protector labial, anteojos de sol, sombrero o gorra, calzado cerrado que no resbale, apropiado para caminar, traje de baño y toalla para las termas, así como ropa de abrigo ya que cuando el sol desaparece la temperatura baja mucho.

Y un dato que vale la pena saber - porque el celular resulta imprescindible a la hora de llevarse recuerdos de esa maravilla blanca de Uyuni - es que la batería se acaba muy rápido porque el salar absorbe la energía. Algo similar ocurre con las personas que entran al lugar y salen renovadas: el gigante blanco absorbe todas las malas energías, y es uno de los destinos más espectaculares de toda Sudamérica.

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