Actualmente un 20% de la población sufre algún tipo de alergia (incluyendo alimentarias), y se espera que para el año 2050 esta cifra aumente al 50%.

Las alergias alimentarias son reacciones adversas causadas por sustancias presentes en alimentos que provocan una respuesta de carácter inmune. El sistema inmunitario identifica erróneamente un alimento específico o una sustancia en los alimentos como algo dañino.

¿Esto quiere decir que cualquier persona es susceptible de padecer una alergia alimentaria? La verdad es que hay una serie de factores ambientales y personales (genética, composición de la microbiota, rutinas de higiene) que pueden causar una mayor hipersensibilidad en el individuo, provocando que el sistema inmune reaccione con los alérgenos alimentarios de una forma exacerbada.

Aproximadamente 250 millones de personas en todo el mundo padecen algún tipo de alergia alimentaria. Se estima que afectan al 5-8% de los niños y al 1-2% de los adultos.

No debemos confundirlas con las intolerancias alimentarias, ya que estas no involucran el sistema inmunológico. Más bien, se producen cuando el sistema digestivo tiene problemas para procesar ciertos alimentos o compuestos debido a una falta de enzimas o una sensibilidad a aditivos específicos.

Un ejemplo común es la intolerancia a la lactosa, en la que el cuerpo no produce suficiente lactasa para digerir el azúcar de la leche. Los síntomas de la intolerancia suelen ser digestivos (hinchazón, gases o diarrea) y, a diferencia de las alergias, generalmente no representan un riesgo para la vida.

Mientras que una alergia alimentaria implica una respuesta inmunológica que puede tener consecuencias graves, la intolerancia se relaciona con la incapacidad de digerir un alimento sin que haya riesgo de anafilaxia o daño grave.

¿Por qué se produce este aumento en las alergias alimentarias?

Podemos dividir los motivos en dos grandes grupos:

  • Factores ambientales como el exceso de contaminación, el cambio climático, el uso masivo de detergentes, desinfectantes y otras sustancias que en vez de potenciar nuestro sistema inmune, lo vuelven más reactivo a cualquier sustancia, y la acumulación de microplásticos y otras nanopartículas en el medio ambiente.
  • Factores dietéticos como la pérdida y modificación de la biodiversidad de la microbiota, causado por cambios en los patrones dietéticos que implican un consumo excesivo de grasas y azúcares y una disminución en la ingesta de compuestos antioxidantes y alimentos ricos en vitamina D”.

Las alergias alimentarias se desarrollan en dos fases distintas:

  • La primera fase, conocida como sensibilización, ocurre cuando el sistema inmunológico identifica un alimento como una amenaza y empieza a producir anticuerpos (IgE) específicos para ese alérgeno. En esta etapa, la persona no experimenta síntomas, pero su cuerpo se está preparando para una posible reacción futura.
  • La segunda fase es la reacción alérgica, que se desencadena cuando la persona vuelve a estar expuesta al mismo alérgeno. En este momento, los anticuerpos IgE provocan la liberación de sustancias químicas, como la histamina, que causan síntomas que pueden variar desde leves, como picazón y erupciones cutáneas, hasta severos, como dificultad para respirar y anafilaxia.

Es fundamental reconocer estas fases para poder manejar adecuadamente las alergias y evitar reacciones adversas.

Los síntomas más reconocibles de este tipo de alergias se producen en la piel con un enrojecimiento o picor en la boca o la faringe a los minutos o pocas horas de ingerir el alimento.

En raras ocasiones, otros síntomas pueden aparecer varias horas más tarde, que incluyen los siguientes:

  • Hormigueo o comezón en la boca
  • Urticaria, comezón o eccema
  • Hinchazón de los labios, la cara, la lengua y la garganta o de otras partes del cuerpo
  • Sibilancia, congestión nasal o dificultad para respirar
  • Dolor en el abdomen, diarrea, náuseas o vómitos
  • Mareos, aturdimiento o desmayos

En algunas personas, una alergia alimentaria puede causar anafilaxia, que es una reacción alérgica grave y puede producir síntomas mortales. En casos de anafilaxia, el tratamiento de emergencia es fundamental, ya que si no se trata puede causar un estado de coma o incluso la muerte.

La mayoría de las alergias alimentarias se desencadenan a causa de ciertas proteínas presentes en los siguientes alimentos: Mariscos crustáceos, como camarones, langosta y cangrejo, Maníes, Frutos secos, Pescado, Huevos de gallina, Leche de vaca, Trigo, Soja.

Países con mayor prevalencia de alergias alimentarias:

En EE. UU., casi el 8% de los niños sufre alguna alergia alimentaria, con un aumento especialmente en alergias a nueces y maní.

En Australia, las alergias alimentarias afectan a un 10% de los bebés, con prevalencia notablemente alta en menores de cinco años.

En Europa, algunos de los países con mayores tasas de alergias alimentarias son España, Reino Unido e Italia. España tiene una alta prevalencia de alergias, especialmente a mariscos y frutas, y se atribuye al aumento en el consumo de estos alimentos y factores ambientales. En el Reino Unido, los niveles de alergias alimentarias también son elevados, particularmente en niños, siendo el maní y los lácteos las principales causas de reacciones graves. En Italia, la incidencia es significativa debido a la prevalencia de alergias a frutas y hortalizas, probablemente influida por factores genéticos y dietéticos que son parte de la alimentación mediterránea.

En América Latina, el estudio de las alergias alimentarias es limitado y los datos suelen variar entre países y regiones. México y Brasil lideran la investigación en la región. En México, se ha encontrado una prevalencia relativamente alta de sensibilización a alimentos específicos como los mariscos y algunos tipos de frutas, debido a reacciones cruzadas con alérgenos comunes en ambientes subtropicales, como los ácaros. Y en Brasil, aunque las alergias a alimentos como la leche y el huevo también son frecuentes, la variedad de frutas tropicales propias del país y su uso en la dieta pueden contribuir a una diferente distribución de sensibilización. En Colombia, Costa Rica y otros países de la región, los estudios indican que los frutos secos y el maíz también suelen causar reacciones alérgicas en la población.

Nuevos enfoques para prevenir y tratar alergias alimentarias:

Estudios recientes han comenzado a explorar métodos innovadores para prevenir y tratar las alergias alimentarias, considerando tanto enfoques biológicos como nanotecnológicos. Entre los avances más prometedores, la terapia de inmunoterapia oral (OIT) ha demostrado eficacia en personas que consumen, bajo supervisión médica, cantidades del alérgeno específico. Esto ayuda a desensibilizar el sistema inmune gradualmente, disminuyendo las reacciones adversas a ciertos alimentos.

​Por otro lado, investigadores de Northwestern University han desarrollado nanopartículas que se dirigen específicamente a las células responsables de las reacciones alérgicas sin afectar otras células del sistema inmunológico.

La educación tras el diagnóstico es clave para evitar la ingesta accidental de los alérgenos, y al día de hoy, el tratamiento por excelencia es evitar la ingesta, inhalación o contacto de los alimentos causantes de la reacción alérgica.

Para muchas personas con alergias, la vida diaria implica leer etiquetas, evitar alimentos comunes, y preparar sus propias comidas para reducir riesgos. Esto puede complicar las salidas, los viajes, el entorno escolar y laboral, ya que implica además de manejar una condición de salud, lidiar con una serie de factores emocionales y sociales que afectan la calidad de vida y la integración en actividades cotidianas.

Y en este sentido, el diagnóstico precoz de estas patologías y el uso de tratamientos de tolerancia oral en la infancia son las mejores vías para asegurar una mejor calidad de vida en los individuos adultos alérgicos.

 

Fuentes:
www.foodallergy.org
www.worldpopulationreview.com

Contáctenos

Nuestros servicios en la industria de la salud y asistencia al viajero están orientados a los siguientes grupos de empresas:

Compañias de Asistencia al Viajero
y Compañias de Seguro