Con la celebración de esta efeméride - el segundo domingo de noviembre - se da a conocer la antigua y diversa cultura del vino, extendida en varias regiones del mundo.
La creación del Día Mundial del Enoturismo surgió en el año 2009, gracias a la iniciativa europea de la European Network of Wine Cities (Red Europea de Ciudades del Vino-RECEVIN), con la finalidad de potenciar el turismo del vino, así como promocionar y destacar la importancia de las regiones vitivinícolas desde el punto de vista económico y cultural.
Este tipo de turismo no solo te conecta con el proceso de producción del vino, sino que también fomenta el desarrollo sostenible, apoyando a economías locales, preservando técnicas tradicionales y promoviendo prácticas ecológicas.
¿Alguna vez has visitado un viñedo para aprender cómo cada botella de vino cuenta una historia?
El enoturismo es mucho más que disfrutar de una buena copa de vino. Es una inmersión en la cultura, la tierra y el clima de cada región vitivinícola. Cada una de las rutas revela el terruño único y las historias de cada región, invitando a los turistas a sumergirse en la cultura vitivinícola local.
Estos destinos icónicos ofrecen una variedad de actividades para los amantes del vino:
- La Rioja, España: Aquí puedes realizar catas de vino en bodegas centenarias, visitar viñedos y aprender sobre la elaboración de los reconocidos tintos de la región. Además, recorrer la Ruta del Vino de Rioja Alavesa te permite disfrutar de gastronomía y arquitectura enológicas.
- Mendoza, Argentina: El valle mendocino ofrece tours por bodegas de renombre y caminatas entre viñedos al pie de los Andes. También puedes realizar catas en bodegas boutique, orgánicas y tradicionales y maridarlas con platos locales.
- Napa Valley, EE. UU.: Famoso por sus vinos premium, puedes participar en catas exclusivas y visitas a bodegas de arquitectura moderna. El Valle también ofrece paseos en bicicleta por los viñedos y cenas al aire libre entre los viñedos.
- Toscana, Italia: Famosa por sus vinos Chianti, ofrece rutas de viñedos entre pueblos medievales, catas y tours gastronómicos.
- Valle de Douro, Portugal: Cuna del vino de Oporto, permite recorridos por el río Duero en barcos tradicionales y visitas a bodegas de más de un siglo.
- Stellenbosch, Sudáfrica: Con vistas impresionantes y vinos de calidad, es ideal para catas y maridajes junto a safaris.
- Hunter Valley, Australia: Uno de los más antiguos, ofrece tours por bodegas, catas y festivales de vino durante todo el año.
El enoturismo está evolucionando rápidamente para satisfacer a viajeros cada vez más curiosos y exigentes. La tecnología ha transformado la experiencia con aplicaciones y catas virtuales que facilitan conocer la historia y características de cada vino antes de probarlo.
A la par, crece el interés por vinos orgánicos - que evitan pesticidas y fertilizantes sintéticos - y los vinos biodinámicos - que además de ser orgánicos, siguen principios de la agricultura biodinámica, que considera al viñedo como un organismo autosuficiente y aplica prácticas según los ciclos lunares, con un enfoque en la salud integral del suelo y las plantas - favoreciendo métodos de cultivo sostenibles que atraen a un público consciente de su impacto ambiental.
Además, el lujo en enoturismo está en auge, con resorts, catas privadas y experiencias exclusivas en viñedos de alta gama, ideales para un turismo 5 estrellas podemos mencionar:
- The Vineyard Hotel & Spa (Berkshire, Reino Unido): Ofrece catas de vino con sommeliers expertos y cenas maridadas con vinos exclusivos.
- Auberge du Soleil (Napa Valley, California, EE. UU.): Con vistas a viñedos, incluye experiencias personalizadas de cata y maridaje.
- Cavas Wine Lodge (Mendoza, Argentina): Este resort ofrece recorridos en viñedos, catas y tratamientos de spa a base de vino.
- Castello Banfi Il Borgo (Toscana, Italia): En el corazón de la Toscana, combina degustaciones de vino con visitas a su bodega histórica.
- Six Senses Douro Valley (Douro, Portugal): Proporciona catas, clases de maridaje y tratamientos de spa en una ubicación de ensueño.
Como todos los años, el Wine Lover's Index clasifica los mejores destinos de enoturismo en función de factores como la producción de vino, el consumo, el tamaño del viñedo y la asequibilidad.
Según los últimos datos, Portugal ocupó el primer lugar, seguido de Moldavia e Italia, conocidos por sus vinos de calidad y sus ricas tradiciones. Francia y España siguen siendo una visita obligada, mientras que destinos como Nueva Zelanda y Chile representan las mejores opciones no europeas para los entusiastas del vino. Se suman a la lista de los 10 países como mejor destino para enoturismo Grecia, Argentina y Australia.
Para planificar una visita de enoturismo ideal, es importante elegir bien la época y las bodegas. La vendimia, la temporada de cosecha, es ideal para explorar las viñas y varía según la región: de agosto a octubre en el hemisferio norte y de febrero a abril en el sur. Durante estas fechas, muchas bodegas ofrecen recorridos exclusivos, catas de temporada y eventos especiales.
¿Qué bodegas elegir?
Algunas bodegas se especializan en experiencias interactivas y catas guiadas, otras en recorridos en viñedos históricos o en clases de maridaje. Investiga previamente y reserva, especialmente en destinos populares donde los lugares son limitados. Además, muchas bodegas cuentan con zonas de picnics o restaurantes en medio de los viñedos, perfectos para disfrutar de una experiencia completa.
Para aprovechar el viaje, es útil elegir una ruta del vino, lo cual permite combinar varias bodegas de la región en un solo itinerario y facilita conocer diferentes estilos y métodos de producción. Y además la oportunidad de explorar los pueblos y ciudades cercanos a los viñedos, donde se puede disfrutar de una inmersión en la cultura local, la arquitectura, la gastronomía y las tradiciones de cada región vitivinícola. Cada destino enoturístico ofrece no solo vinos excepcionales, sino también una experiencia completa que conecta con la historia, el arte y el ambiente único de cada región.
Visitar una bodega es una experiencia que va más allá de simplemente probar vinos. La conexión con el entorno, el conocimiento de los procesos de producción, y el vínculo con la tierra y las personas que la trabajan crean una experiencia enriquecedora y profunda. Es descubrir historias en cada botella y encontrar un sentido de pertenencia a algo que trasciende al propio vino.