El Día Mundial de la Lepra se celebra el último domingo de enero de cada año y tiene como objetivo concienciar sobre una enfermedad que muchos creen extinta. Actualmente, no solo se pasa por alto la enfermedad, sino también a los afectados por ella.
La lepra es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Mycobacterium leprae, también conocida como bacilo de Hansen (en honor a Gerhard Hansen, médico y bacteriólogo noruego, descubridor de la enfermedad, en 1873). El bacilo se reproduce muy lentamente y el período medio de incubación y aparición de los signos y síntomas de la enfermedad es de aproximadamente cinco años.
El contagio entre personas es la fuente probada, pero también hay micobacterias muy similares que infectan animales salvajes, y todavía no se sabe cuál es su rol en la transmisión de la enfermedad, destacan los especialistas. Se transmite a través del tracto respiratorio superior, de una persona no tratada a otra, a través del contacto directo y frecuente. Vale aclarar que una persona no se puede enfermar con un simple contacto con alguien que tiene la infección.
Factores que aumentan el riesgo de contagio:
- Vivir durante mucho tiempo con alguien que tiene lepra no tratada incrementa la exposición.
- Las personas con sistemas inmunitarios comprometidos son más susceptibles.
- Condiciones de pobreza y hacinamiento: Estas facilitan el contacto cercano y prolongado entre personas.
Una de las enfermedades más antiguas del mundo
Los primeros indicios sobre la existencia de la lepra datan de varios siglos antes de Cristo. Durante siglos, las personas enfermas de lepra fueron estigmatizadas y la enfermedad se relacionó con promiscuidad y hasta con un “castigo divino” por los pecados cometidos.
Los síntomas iniciales son manchas en la piel con disminución o pérdida de la sensibilidad, del vello y/o de la transpiración. Según la forma clínica pueden presentarse nódulos y engrosamiento de la piel y/o nervios periféricos con dolor espontáneo o a la compresión. Generalmente se produce un trastorno de la sensibilidad, que va desde una leve hipoestesia (adormecimiento y hormigueo) a una anestesia total en manos y pies. Así, poco a poco, por falta de cuidado y de un tratamiento oportuno, las heridas se infectan ocasionando un daño que al cabo del tiempo producen las discapacidades que todos conocemos en relación a esta enfermedad.
Cuando los casos no se tratan al inicio de los signos y síntomas, la enfermedad puede provocar secuelas progresivas y permanentes, que incluyen deformidades y mutilaciones - es necesario a veces recurrir a la amputación - movilidad reducida de las extremidades e incluso ceguera.
La enfermedad afecta principalmente a la piel, los nervios, la mucosa del tracto respiratorio superior y los ojos. En algunos casos, los síntomas pueden aparecer alrededor de los 9 meses del contagio, y en otros casos, pueden tardar hasta 20 años.
El diagnóstico de la lepra es clínico y se basa en 3 signos cardinales que fueron propuestos por el Comité Experto en Lepra de la OMS. Se define caso de lepra cuando un individuo tiene uno o más de los siguientes signos cardinales:
- Lesiones dermatológicas hipopigmentadas o eritematosas en la piel con pérdida de la sensibilidad.
- Engrosamiento de los nervios periféricos.
- Baciloscopia positiva o bacilos en la biopsia.
La lepra es curable y el tratamiento ofrecido reduce considerablemente las posibilidades de discapacidad:
Existe un tratamiento efectivo que mata a la bacteria que causa la infección, cura al paciente y detiene la transmisión. Sin embargo, aún hay personas que tienen lepra - alrededor de 4 millones viven con discapacidades causadas por la enfermedad - y no acceden a la terapia que es gratuita a través de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La distribución de casos a nivel global es desigual y los últimos datos sobre contagios indicaron:
- un 71,4% en el Sudeste Asiático
- un 2,2% en el Mediterráneo Oriental
- un 12,3% en América un 1,4% en el Pacífico Occidental
- un 12,6% en África y residualmente en Europa con 55 nuevos casos.
Los 23 países prioritarios a nivel mundial representaron el 95,1% (165.628) de todos los casos nuevos a nivel mundial. En estos 23 países, el número de casos nuevos aumentó en un 24,5 % en comparación con 2021 (133.008). Brasil (19.635), India (103.819) e Indonesia (12.441) representaron el 78,1 % de los nuevos casos de lepra detectados en todo el mundo en 2022/23.
Lepra infantil
La edad en que aparecen los primeros síntomas en niños es entre los 10 y 14 años.
- Alrededor de un 6% de los casos nuevos detectados cada año corresponden a niños menores de 14 años.
- Algunos de ellos presentaban ya discapacidades visibles en el momento del diagnóstico.
- El hecho de que los niños sigan contrayendo lepra nos dice que debemos mejorar el número y la eficiencia de las iniciativas dirigidas a la detección y prevención para detener la propagación de esta enfermedad
¿Por qué es tan difícil deshacerse de la enfermedad?
Acabar con la lepra presenta varios retos:
- En primer lugar el patógeno es esquivo y tiene un período de incubación extremadamente largo: pueden pasar desde 5 hasta 20 años desde que se produce la infección hasta que dé síntomas.
- Es difícil llegar a todas las personas que padecen la enfermedad. La mayoría viven en comunidades muy pobres y sin servicios sanitarios, por lo que muchos casos quedan sin diagnosticar.
- Terminar con el estigma que hace que se escondan y no pidan ayuda aunque sospechen que tienen la enfermedad.
- Prevenir las discapacidades que pueden desarrollar como consecuencia de la enfermedad.
- Ayudar a las personas que ya presentan discapacidad con cirugía reconstructiva y rehabilitación.
Si queremos lograr vivir en un mundo sin lepra es necesario movilizar recursos y establecer alianzas con las personas afectadas, donantes, organizaciones, gobiernos y entidades internacionales.
Fuente: www.paho.org