Antes de ser enviados al espacio, cada tripulante de una estación espacial se somete a un riguroso examen médico y un período de aislamiento antes de su partida. Y además recibe 40 horas de entrenamiento médico, sobre cómo enfrentar situaciones sanitarias inesperadas en un entorno tan hostil como la estación espacial.

Con dicho entrenamiento, están capacitados para - durante su estadía de seis meses en órbita - tratar problemas comunes de salud. Además de los cursos de primeros auxilios, también aprenden a cerrar una herida con puntos, colocar una inyección e incluso extraer un diente.

El botiquín en la EEI (Estación Espacial Internacional) es básico:

Para realizar esta función cuentan con los más variados recursos, desde un libro básico de patología médica hasta un desfibrilador, pasando por un botiquín perfectamente equipado o un equipo portátil de ultrasonidos. Con este último pueden enviar imágenes a la Tierra para que sean interpretadas por expertos en radiodiagnóstico.

Cómo funciona la radiología en estos casos:

Las máquinas de ultrasonido son la única tecnología de imagen disponible en el espacio y se utilizan en la Estación Espacial Internacional (ISS) con fines de diagnóstico. La cirugía en el espacio no es factible, por lo que la única técnica que tenemos para tratar a los pacientes es la radiología intervencionista", dijo el profesor Vincent Vidal, quien ha desarrollado una "caja de herramientas" de imágenes médicas llamada "Mars IR Tool Box" (Mitbo). Un desafío que tienen por delante es usarla también para tratar la retención urinaria, los cálculos biliares o el drenaje de pus de un absceso debido a la apendicitis. Y que, mediante dispositivos bajo guía ecográfica, se pueda ingresar al cuerpo con sondas, drenajes y catéteres.

Procedimientos de Emergencia:

Cuando se produce una emergencia médica grave, el equipo de la EEI está preparado para actuar con rapidez y eficacia. El astronauta afectado, junto con el equipo de control de la misión en la Tierra, sigue un protocolo específico que incluye:

• Aislar al paciente para prevenir la propagación de enfermedades y garantizar la seguridad de la tripulación.
• Realizar una evaluación médica a distancia con la ayuda de un médico en la Tierra, que proporciona orientación para el tratamiento.
• Utilizar el equipo médico disponible en la EEI, que incluye suministros esenciales y medicamentos.
• En casos extremos, considerar la posibilidad de evacuar al astronauta a la Tierra. Esto implica una cuidadosa planificación y coordinación con vehículos de retorno a la Tierra.

La EEI es un proyecto de colaboración internacional, y en casos de emergencia médica grave, se recurre a la experiencia y los recursos de la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA), la Agencia Espacial Rusa (Roscosmos) y otras agencias, para abordar las situaciones de emergencia sanitaria.

La Nasa también está planeando convertir robots en cirujanos del espacio:

Desde hace algún tiempo se está desarrollando el sistema MIRA. Se trata de un sistema quirúrgico que pesa menos de un kilo y que se puede instalar en cualquier quirófano incluido una nave espacial. Se pretende que con este sistema un cirujano experto pudiese realizar, en caso de ser necesario, una pequeña cirugía a un astronauta desde la Tierra.

El Robonaut 2 ya está a bordo de la EEI y su objetivo es desarrollar funciones médicas básicas que pueden ser controladas desde la Tierra. La idea es que en el futuro pueda realizar cirugías complicadas, pero esto es algo que todavía es muy lejano.

La transformación de robots en cirujanos espaciales representa un emocionante avance en la atención médica espacial. Con esta tecnología, la NASA y otras agencias espaciales pueden garantizar que los astronautas tengan acceso a una atención médica de calidad durante misiones de larga duración en el espacio profundo.

La combinación de habilidades humanas y robóticas promete allanar el camino para futuras exploraciones espaciales y la realización segura de misiones cada vez más ambiciosas.