Como bien es sabido, los árboles y plantas son imprescindibles en cualquier ecosistema, ya que desempeñan un papel crucial en la purificación del aire que nos rodea. Su función de convertir el CO2 en oxígeno logra, en buena medida, moderar la contaminación que llega a la atmósfera.
No obstante, las ciudades modernas apenas dejan sitio a la vegetación más allá de unos cuantos parques y jardines, lo cual dificulta el control natural de la calidad de aquello que respiramos a diario.
Desarrollado por un grupo de investigadores de la Universidad de Belgrado - y actualmente en funcionamiento en algunas calles de Serbia - el Liquid3 se presenta como un 'foto-biorreactor urbano' que consiste, básicamente, en un tanque que alberga una población masiva de microalgas, diluidas en 600 litros de un agua que adquiere el característico color verde de aquellas.
Al igual que el resto de especies vegetales, las microalgas capturan el CO2 presente en el aire cercano y, por medio de fotosíntesis, producen oxígeno limpio que devuelven al entorno. La luz solar, otro componente clave del proceso, penetra directamente a través de las paredes de cristal del tanque.
Junto al oxígeno, la fotosíntesis de las microalgas deja como residuo una cierta cantidad de biomasa que puede también aprovecharse como fertilizante. Esta biomasa se extrae al realizar el mantenimiento y limpieza del tanque, algo que puede efectuarse una vez al mes. Así, sin más electrónica que unos paneles solares en su parte superior (necesarios, por ejemplo, para iluminarlo por la noche), este ‘árbol líquido’ es una máquina natural cuyo diseño permite, además, integrarlo en el mobiliario urbano, ya que incluye un espacio para sentarse e, incluso, terminales USB para cargar dispositivos móviles.
El sistema no requiere un mantenimiento especial - basta con retirar la biomasa creada por la división de las algas, que puede ser utilizada como un excelente fertilizante, en un mes y medio, verter nueva agua y minerales, y las algas siguen creciendo indefinidamente. Se autoalimenta de energía solar durante los períodos de más radiación y se conecta a la red eléctrica durante el invierno.
El objetivo no es sustituir a los bosques, sino emplear este sistema para llenar esas zonas urbanas donde no hay espacio para plantar árboles. Es especialmente útil en condiciones de alta contaminación donde los árboles no pueden sobrevivir, pero las microalgas pueden prosperar sin verse afectadas por dicha contaminación.
Liquid3 captura tanto CO2 como un árbol maduro y libera tanto oxígeno como 200 metros cuadrados de césped y es una solución innovadora en ciudades que tienen cada vez más población, vehículos e industria, y menos zonas verdes.