En este momento, las infecciones asociadas a la atención de la salud (nosocomiales) son consideradas un problema de salud pública a nivel mundial, siendo cada vez más elevada su incidencia en las instituciones sanitarias. Su aparición es responsable de un aumento de la mortalidad de los pacientes, del consumo de recursos sanitarios y de la disminución tanto en la seguridad como en la calidad del servicio prestado.
Esto ocurre cuando los pacientes adquieren infecciones mientras reciben atención médica, ya sea durante una cirugía, en una unidad de cuidados intensivos o incluso en una simple consulta. Las infecciones nosocomiales se producen en todo el mundo y afectan tanto a países desarrollados como a aquellos que se encuentran en vías de desarrollo o subdesarrollados, siendo los más afectados estos últimos, ya que no disponen de las herramientas suficientes para prevenirlas.
¿Cuáles son los principales factores que pueden causar una infección hospitalaria?
- Desequilibrio de la flora bacteriana de la piel y del organismo, generalmente debido al uso excesivo o inapropiado de antibióticos.
- Disminución del sistema inmune de la persona hospitalizada, tanto por la enfermedad como por uso de medicamentos.
- Realización de procedimientos invasivos como colocación de un catéter, de sondas, biopsias, endoscopias o cirugías, que rompen la barrera de protección de la piel.
- Transmisión cruzada: Falta de higiene adecuada, como lavado de manos y limpieza de equipos, que contribuye a la propagación de microorganismos resistentes.
Y los microorganismos más resistentes son:
Bacterias Gram-positivas:
- Staphylococcus aureus resistente a meticilina (MRSA): Una de las bacterias más conocidas por su resistencia a múltiples antibióticos, incluyendo la meticilina.
- Enterococcus resistente a vancomicina (VRE): Estos microorganismos pueden causar infecciones graves, especialmente en pacientes con sistemas inmunológicos debilitados.
- Clostridium difficile: Aunque no es resistente en el sentido clásico, esta bacteria puede causar infecciones severas después de tratamientos con antibióticos que alteran la flora intestinal normal.
Bacterias Gram-negativas:
- Escherichia coli y Klebsiella pneumoniae: Estas bacterias pueden ser resistentes a los carbapenémicos (CRE), una clase de antibióticos de último recurso.
- Pseudomonas aeruginosa y Acinetobacter baumannii: Conocidos por su capacidad de resistir múltiples antibióticos y por causar infecciones en pacientes hospitalizados.
Otros microorganismos:
Hongos resistentes, como Candida auris: Este hongo emergente es resistente a múltiples antifúngicos y ha causado brotes en hospitales de todo el mundo.
Con las medidas adecuadas de higiene y protocolos de control de infecciones, es posible reducir significativamente el riesgo.
Entonces, ¿qué podemos hacer al respecto?
- La práctica adecuada y frecuente del lavado de manos
- El uso de Equipos de Protección Personal (EPP) para los profesionales de la salud
- Fomentar la vacunación entre el personal y los pacientes
- Desinfección y esterilización de los instrumentos y equipos médicos
En esta última medida, la desinfección mediante luz UV se posiciona como un método confiable para garantizar la seguridad microbiológica. Se produce mediante la desactivación de los patógenos al interactuar con ácidos nucléicos, alterando su estructura genética y evitando su replicación.
Las terapias bacteriófagas son un enfoque innovador en la lucha contra infecciones bacterianas. Se basan en el uso de bacteriófagos o "fagos", virus que infectan y destruyen específicamente a bacterias patógenas sin dañar las células humanas. Este método ofrece una alternativa prometedora frente a las crecientes infecciones intrahospitalarias.
Estrategias específicas de manejo en UCI (unidades de cuidados intensivos)
Algunas unidades de cuidados intensivos están adoptando estrategias innovadoras para reducir el riesgo de infecciones, como:
- Uso de revestimientos antimicrobianos en superficies de contacto frecuente
- Instalación de cortinas con propiedades antimicrobianas para separar pacientes
- Implementación de áreas específicas para pacientes con infecciones altamente transmisibles
- Uso de sistemas de presión negativa en habitaciones para evitar la propagación aérea de microorganismos
- Sistemas electrónicos que alertan sobre incumplimientos en la higiene de manos o en los procedimientos estandarizados
- Análisis en tiempo real de datos para identificar patrones de infección antes de que se conviertan en brotes.
El manejo de las infecciones nosocomiales representa uno de los mayores desafíos en la atención médica moderna.
A través de las estrategias mencionadas, las instituciones de salud están avanzando en la protección de los pacientes más vulnerables.
Su implementación, junto con la formación continua del personal y la evaluación constante de su eficacia, subraya el compromiso del sistema de salud por adaptarse a un panorama en constante evolución.